Pero para mí lo más importante
es mi parte humana, la cuál he desarrollado a lo largo de los años y viviendo situaciones de todo tipo, algunas realmente duras y muchas increíblemente felices.
Pero en la parte profesional (cuando terminé de estudiar en Madrid), tengo que admitir que ha habido de todo, me encanta saber la satisfacción
que las Empresas y Clientes me hacen llegar, y que por suerte es muy positiva.
En la mayoría de los casos entablando una relación de amistad, colaborando con algunos de forma habitual y
con otros de forma puntual.
Todavía tengo en la piel los nervios pasados en los primeros grandes proyectos de cuando empezaba,
que gracias a Dios salieron perfectos, pero esos nervios para mi se quedaron.
Al final me doy cuenta que me gusta que las cosas salgan bien y para ello pongo todo mi empeño.